La historia de Weber esta marcada por la innovación, la curiosidad y el impulso por hacer un mejor asado para todos. Así que, relájate, prepara una hamburguesa y viaja casi 70 años atrás al momento en el que se inició la revolución de la cocina a la parrilla. Todo comenzó con la búsqueda de un mejor filete. En los años 50, los asadores de ladrillos eran muy populares, así que un tipo llamado George Stephen decidió construir uno. Cuando lo terminó, invitó a sus amigos a una parrillada. Los cortes de carne ardieron en llamas. Para George, la cena fue un desastre, pero lo motivó a pensar que tenía que haber una mejor manera. Por suerte, el trabajo diurno de George era en Weber Brothers Metal Works, donde se dedicaba a soldar medias esferas para hacer boyas. Conocía el funcionamiento de un taller de herrería y, luego del fracaso de su asador, todas las piezas encajaron. Tomó una de las medias esferas, le puso patas, le hizo agujeros en el fondo para que fluyera el aire y le puso una tapa. ¡Listo! Así nació el icónico asador Weber Kettle.
El primer asador de George siguió evolucionando durante años, y Weber se convirtió en la marca de asadores más confiable del sector. Todo a causa de unos cuantos cortes de carne quemados y un hombre dispuesto a descubrir lo que es posible.